domingo, noviembre 12, 2006

Un hedonismo trivial



Si hubiera que buscar un “modelo de comportamiento” en los tiempos actuales. ¿Cómo podríamos encontrarlo? Hace años con seguir el pensamiento de Bertrand Russell, por ejemplo, ya podría se suficiente como guía para la acción. Pero ¿a quien le hace falta hoy un modelo?. Todos somos autosuficientes ideológicamente e intelectualmente perfectos. Basta ver cualquier debate entre amigos para ver como, cargados de seguridades absolutas, todos se prestan a defender sus posiciones políticas y éticas como si de concienzudos filósofos se tratara. El problema es que no hay nada nuevo bajo el sol y que se trata de repeticiones sistemáticas de los mismos agotados argumentos. No se bien a ciencia cierta el porqué de tan rutinaria repetición y el volver sistemáticamente a practicar el mismo ritual para llegar a idénticas conclusiones. Quizás la cosa no da para más en una sociedad donde la búsqueda de la comodidad y la seguridad personal y familiar es el único objetivo palpable. El problema es que muchos seguimos buscando ese modelo de comportamiento que se adecue a un modelo de sociedad mínimamente aceptable. A veces tengo la impresión que, desde una absoluta honestidad, las personas de las sociedades occidentales se encuentran tan desorientadas intelectual e ideológicamente que no les queda más remedio que refugiarse en ese hedonismo trivial tan de boga desde hace años. Es la lógica consecuencia del triunfo de la clase media. No se puede pedir imaginación y creatividad a una clase que sólo la tiene en momentos de cierta tensión o necesidad. Pero, como es imposible renunciar a un mínimo de creatividad, lo fácil es refugiarse en aquello que tiene prestigio o está de moda entre las vanguardias culturales. Hay que decir que se requiere una situación de una cierta confortabilidad económica. Pero tampoco demasiada. Un sueldo de nivel medio es más que suficiente. Ser de izquierdas, por descontado. Haber viajado lo suficiente por el extranjero y por lugares exóticos. Eso si, aparentar que se sabe “apreciar” la moda, la buena cocina, los buenos vinos. Conocer por encima los últimos estrenos cinematográficos, teatrales o musicales. No hace falta ser un buen conversador, con decir cuatro trivialidades tópicas ya basta. Pero atención hay una condición “sine qua non”. Se ha de tener un desprecio más que evidente por la poco prestigiosa “clase obrera”. Si se siguen esas pautas no hace falta ningún modelo, ni ético ni de sociedad. Lo importante es pasar por ser “progre” y “situarse” cómodamente a la vanguardia de lo que sea. Atención para ser un perfecto hedonista trivial se ha de poner mucha atención la vestimenta. Una ropa elegantemente descuidada es complemento imprescindible para ser un perfecto hedonista trivial.

















Web


www.blasalascio.blogspot.com








Etiquetas: