lunes, enero 15, 2007

Bolivarianos todos. No gracias

Unos amigos me han gastado la broma de enviarme la foto que se reproduce al lado en la que han incorporado mi imagen junto a las de Hugo Chávez, Daniel Ortega y Evo Morales durante la toma de posesión de Ortega como presidente de Nicaragua.. Ellos se lo han tomado como una cosa divertida y lo es, pero también me provoca reflexión que va más allá de los elementos folclóricos de la intención. Soy una persona que siempre se ha situado a la izquierda ética y política y, por ello precisamente sigo de manera apasionada esta nueva forma de intentar dar un vuelco a la desgraciada situación política y económica en la que vive toda América latina. Tuve ocasión de visitar la Bolivia "premorales" durante el año 2001 y es realmente desalentador ver la situación de miseria y postración en la que se encuentra una parte importantísima de la población. Algo similar ocurre en Nicaragua y, posiblemente, en Venezuela, lugares en los que la mayoría de la población malvive penosamente entre el paro y el subempleo. Toda una serie de circunstancias, a las que no son ajenas la corrupción generalizada de su clase política y empresarial (uso el término empresarial de manera muy generosa porque más bien habría que hablar de explotadores en sentido estricto) y las injerencias negativas del imperialismo americano en su afán de explotar de manera totalmente injusta los recursos de la mayoría de los países sudamericanos. Nada que decir respecto de Daniel Ortega y Evo Morales a los que se les ha de dar el margen de confianza necesario para ver exactamente si son capaces de ir enderezando poco a poco la situación de esos desgraciados países. Ahora bien, la figura de Hugo Chávez es un caso diferente. Se trata de un dirigente que lleva bastantes años en el poder y que ha renovado democráticamente hace poco un nuevo mandato. Su forma de hacer política tiene mucho de folclórico y poco de seriedad y eficiencia en un país que por su riqueza podría ir creciendo de una manera real a una gran velocidad. Me gustaría que lo malos augurios que se vislumbran por las iniciativas que anuncia no llegaran a concretarse. La nacionalización de los recursos energéticos es una opción política anticuada pero comprensible. Colocar a su hermano de ministro es ya menos comprensible. Las bufonadas permanentes a que nos tiene acostumbrados son manifestaciones claras de su espíritu bananero y de su falta de seriedad. Pero hacer un referéndum para transformarse en presidente vitalicio aprovechando su tirón electoral actual, pretender cerrar la emisora de televisión de la oposición, gobernar por decreto ignorando al parlamento u obligar a que sus patéticas alocuciones televisivas hayan de ser transmitidas obligatoriamente por todos los medios de comunicación (recordemos los partes de RNE de la época franquista), son decisiones que encaminan a Venezuela a marchas forzadas hacia un régimen totalitario en el que los avances reales hacia el socialismo van a brillar por su ausencia. Creo más en las políticas serias, como las de Lula en Brasil, que pretenden generar progreso real. Tengo la sensación que el progreso de los países no se logra sólo mediante medidas de asistencia social que, siendo imprescindibles, se han de complementar con medidas de carácter económico que sirvan para establecer un tejido industrial y económico que permita a los ciudadanos mirar al futuro con una cierta esperanza. Ahora Venezuela se haya en una situación de división y enfrentamiento civil que difícilmente permitirá el progreso de su sociedad. La situación me produce una cierta pena, sobre todo si se piensa que Chávez dice actuar desde una perspectiva de izquierda. La realidad final será que la izquierda, después que todas las medidas que anuncia se concreten, saldrá notablemente desprestigiada y muchos más ciudadanos comenzaran a quedar desencantados. Como he dicho muchas veces, el socialismo sólo será posible si se busca desde la libertad y la democracia, pero sobre todo, desde el rigor y la eficiencia. Estos tipejos que dicedn funcionar como líderes “carismáticos” sólo se pueden considerar un anacronismo en la época actual y los que los siguen y los alientan no son más que izquierdistas de salón folclóricos y fomentadores de la banalidad. Dice un dicho muy antiguo: "no quieras para los demás lo que no quieras para ti". Y a mi “ se me abren las carnes” sólo de pensar que un hipócrita y corrupto como Chávez pudiera gobernar en Catalunya o España. Y como no quiero ningún mal para Catalunya o España, tampoco lo quiero para los venezolanos.

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