sábado, marzo 22, 2008

¡Bravo, Barbara!


Dice la soprano Barbara Hendricks en una entrevista al diario “La Vanguardia” del día 22 de marzo, que lo que importa de las personas es su dimensión espiritual. Sorprende que alguien alabe esa dimensión de las personas que, en una época dominada por la banalidad, permanece escondida y despreciada en algún olvidado rincón de la historia. La avidez por la “diversión” y el disfrute de los aspectos sensoriales de la vida que se ha impuesto en los últimos años, y ha agudizado esa tendencia natural a un individualismo extremo donde la palabra “yo” es la que ha tomado el protagonismo en las relaciones sociales en la civilización occidental. El desprecio por el lujo de Barbara Hendricks es por ello aún más sorprendente. Lo peor de nuestra civilización es que el haber conseguido unas altísimas cotas de bienestar y opulencia jamás conocidas en la historia de la humanidad por su enorme extensión, sólo ha servido para hacer emerger las partes mas abyectas de las personas. Nadie se conforma con lo que tiene. Lo importante es acumular y, sobre todo, manifestar hacia el exterior ese nivel económico. Es decir, lucir la posición económica con ropas, coches y otros lujos completamente innecesarios y que sólo sirven para alimentar un estúpido narcisismo. El dios “dinero” es el dueño y señor de nuestra civilización. ¿ A quien le importa, pues, la dimensión espiritual si lo socialmente prestigioso es el dinero y la apariencia?. ¡Bravo Barbara!. Afortunadamente todavía nos quedan personas como tú para intentar mantener viva esa llama que afloró hace miles de años en Grecia. Bravo, porque has aprendido que el camino hacia la felicidad y la paz interior pasa por el cultivo de esa dimensión espiritual tan maltratada como falsamente alabada.

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